…Como la desecación de los productos en estufas especiales.

01 de julio de 2015

«En ocasión del conflicto bélico, abolidas las patentes y los privilegios de fabricación, la industria química francesa, acuciada por el doble estímulo de la necesidad y de la competencia, lanzó al mercado numerosos sustitutivos del Salvarsán y del Neosalvarsán, que, simples variantes del tipo químico del arsenobenceno, se difundieron con los nombres de Sulfarsenol, Rodarsán, Treparsenán y sus correspondientes Neosulfarsenol, Neorodarsán, Neotreparsenán, etc., mientras los ingleses elaboraban la Arsfenamina y la Neoarsfenamina.

Durante la guerra, en Francia con lamentable frecuencia y en Alemania alguna vez, por fabricación apresurada y defectuosa, hicieron su aparición las luctuosas series negras de preparados arsenicales, llamadas así por los muchos y graves accidentes que provocaban, y con este motivo, y por otros menos confesables, recrudecióse la leyenda negra, alimentada por la profusa publicación de trágicos y aun mortales accidentes neosalvarsánicos.

Fue también durante la guerra europea cuando la asistencia de muchos meses a una Clínica dermovenereológica de universal reputación nos permitió aprender algo de técnicas y métodos hasta entonces poco o nada conocidos en España.»