Las primeras materias entran en los almacenes en donde se toman muestras…

01 de julio de 2015

«Comenzamos a ejercer la profesión médica en los ya lejanos tiempos en que las sabias y dilatadas enseñanzas del profesor Alfred Fournier eran universalmente acatadas como fundamental doctrina de los conocimientos sifiliógrafos, y en los que el mercurio era considerado por todos como el principal y casi exclusivo remedio contra la sífilis -medicamento específico se le llamaba-, sin que ni remotamente se vislumbrase entonces un plus ultra terapéutico…

Discutíanse custiones de mero detalle, tales como las ventajas e inconvenientes de las inyecciones de biyoduro de mercurio, de aceite gris y de calomelanos, y empezaban a quedar relegadas de la práctica aquellas clásicas y vulgarísimas fricciones mercuriales que durante muchas décadas habían constituido la base de las curas, rigurosamente periódicas e intermitentes, preconizadas por Fournier, seguidas de prolongada ingestión de fuertes dosis de yoduro potásico, y que en España solían ser rematadas por ritual estancia en los famosos baños de Archena (Murcia).

Y apenas si algún clínico -Gaucher- se atrevía a aconsejar la colaboración del arsénico en el tratamiento de la sífilis».